No se puede esperar mucho de las empresas que están en
manos de una familia que no se desarrolle, porque las situaciones, los
recursos, las condiciones, las personas, son cambiantes y por lo tanto exigen
de un constante crecimiento como individuos y como colectivo familiar.
El estudio de las organizaciones introdujo hacia los años 70 la
investigación en el campo de las empresas familiares, al cual no se le había
dado la importancia que merecía.
No obstante, fue prácticamente en los años 80 cuando se
empezaron a realizar los primeros trabajos científicos sobre temas relacionados
con la empresa familiar. La atención sobre las empresas familiares se fue
haciendo paulatinamente muy fuerte. De hecho, el Family Firm Institute, una de
las instituciones abanderadas a nivel mundial en el tema nació hacia finales de
la década de los 80, período en el cual se realizaron en
Estados Unidos los primeros eventos con presentaciones sobre temas de
empresa familiar y se estableció un premio a las investigaciones que más
aportaran a este campo.
Para los años 90, varias universidades en el mundo,
principalmente de Estados Unidos, Canadá, España y Suiza, abrieron las puertas
a este tema. En Latinoamérica, lo hicieron México, Colombia, Argentina y
Chile, como los más visibles, aunque todavía hoy permanecen muy tímidos en lo
que a investigación se refiere y cuyas fuentes más representativas, casi
únicas, son las universidades.